Toros

El balance

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
La feria de Santiago Apóstol de Collado Villalba ha sido la más floja de los últimos años. Una feria bajo mínimos. La culpa: el ganado. Ya avisamos de lo que podía ocurrir. Al final, pasó.

El ganado descastado, manso y flojo dio al traste con el ciclo. Además, toros mal presentados y en los tendidos en más de una ocasión se escucharon los gritos de ¡novillo! ¡novillo! No se trata de echar un toro grande, pero sí uno digno y con cuajo. Un ganado anovillado, terciado y sin caras, por no hablar, mejor será, de puntas. En definitiva, los saldos ganaderos han dado al traste con una feria de un bajo nivel. Por atractivas que sean unas combinaciones, si luego el toro falla, de nada sirve, porque la materia prima es vital. Hay ganaderías del segundo circuito que funcionan, pero estas que se han traído no lo son.

Ribera de Campocerrado lidió un encierro descastado con un toro que se echó y otro justito de todo pero con clase. Falló Conde de la Maza y tampoco valió la de Soto de la Fuente.

Lo más importante lo realizó Daniel Luque, que estuvo perfecto con un toro flojo y sin fondo al que entendió bien. Aparte de los detalles de Curro Díaz y una faena técnica de Miguel Abellán, el resto es para el olvido. El balance artístico no es ni la mitad que el de otros años, a pesar de la generosidad del palco y la bondad de los villalbinos, pidiendo orejas a destajo.

El empresario ha metido goles por todos lados al Ayuntamiento y a la afición, y sería bueno que ahora tomara buena nota y se rasque el bolsillo. Los empresarios no embisten, pero si tienen la obligación de comprar en ganaderías que prometan. El tema del público preocupa. Cada vez va menos. Se medio mantiene el abono, aunque haya descendido. Las entradas sueltas apenas se adquieren. Dejando a un lado Luque, todos los premios deberían dejarse desiertos y para 2010 elegir ganado bueno y serio.