El concepto conocido como “vibe coding”, acuñado por Andrej Karpathy, representa el paso de escribir código a “programar por sensaciones”. En lugar de dictar instrucciones sintácticas, el usuario describe lo que quiere y la IA genera la aplicación automáticamente.
Esto abre la puerta a que cualquier persona pueda crear apps sin escribir ni una sola línea, usando plataformas como Cursor, Bolt, Lovable, Replit o GitHub Spark. No tienes que preocuparte por servidores, configuraciones raras o frameworks complicados. Solo dices lo que necesitas y listo.
Lovable es una startup europea que, en muy poco tiempo, ha conseguido hacer webs completas a partir de unas pocas frases… y han facturado más de 50 millones de euros.
Todo esto nos pone en un escenario donde cualquier persona puede crear una app. Y, esto da para mucho, en una ruleta online podrías experimentar con distintas mecánicas sin necesidad de contratar a un programador. Tú imaginas, la IA ejecuta.
A la vanguardia de esta tendencia, plataformas como Appy Pie o Google AppSheet se consolidan como soluciones para diseñar aplicaciones sin necesidad de programar.
Appy Pie te deja crear aplicaciones móviles nativas arrastrando y soltando elementos en una especie de editor visual. Es muy intuitivo. Puedes añadir funciones como mapas, cámara, notificaciones… y todo sin tocar nada de código.
Otra opción muy potente es AppSheet, que está dentro de Google Cloud. Esta va un paso más allá; puedes conectarla a hojas de cálculo de Google, Salesforce, y otras fuentes de datos, y dejar que la propia herramienta decida cómo mostrar la información o automatizar tareas. Estas plataformas están transformando cómo trabajamos y cómo creamos. Puedes crear una estrategia ruleta para una app de juegos o entretenimiento, pensando cómo mostrar los elementos, qué lógica seguir o cómo interactuar con el usuario. Todo sin saber programar.
Pero no todo es perfecto. Hay estudios que muestran que algunos desarrolladores profesionales pierden tiempo usando IA porque tienen que revisar todo lo que genera. Y en otros casos, resulta que detrás de la supuesta “IA” había más de 700 personas haciendo el trabajo manualmente.
Detrás hay modelos muy potentes. Por ejemplo, OpenAI ha lanzado la GPT Store, donde tú mismo puedes crear tu propio bot sin necesidad de saber programar. También hay muy buenas investigaciones, como el proyecto Text2App, que ha demostrado que ya se pueden crear aplicaciones Android desde una simple descripción en lenguaje natural. Utilizan modelos como GPT‑3 y redes neuronales para “traducir” tus palabras a código.
Ya no hace falta estudiar informática para lanzar tu propia app o solución digital. Solo necesitas tener una buena idea y saber explicarla. La IA se encarga del resto. Y así, casi sin darnos cuenta, estamos viendo cómo se abre una puerta enorme para que cualquiera, desde un autónomo hasta una gran empresa, pueda entrar en el mundo del desarrollo. Una revolución tranquila… pero imparable.