La Comunidad de Madrid implementará una campaña preventiva para controlar la oruga procesionaria en los pinares de la región, que aunque no representa un peligro para la masa forestal, puede causar alergias y afectar la salud visual de personas y animales. La campaña incluirá la instalación de trampas de feromonas y cajas nido para aves insectívoras, así como tratamientos con bioinsecticidas. Estas acciones se llevarán a cabo entre junio y noviembre, con el objetivo de reducir la presencia de estas orugas en áreas frecuentadas por personas y mascotas.
La Comunidad de Madrid ha anunciado el lanzamiento de una campaña preventiva destinada a controlar la oruga procesionaria en los pinares de la región. Aunque su presencia no representa un riesgo para la masa forestal, estos lepidópteros son capaces de provocar alergias y afectar la salud visual tanto de personas como de animales que entren en contacto con ellos o con los pelos que desprenden.
Para evaluar la infestación en más de 65.000 hectáreas de pinos, el Cuerpo de Agentes Forestales ha llevado a cabo observaciones durante febrero y marzo en 568 rodales. Además, se ha realizado un seguimiento en 14 puntos estratégicos que permiten prever el momento de eclosión de los huevos. Las áreas más críticas identificadas son las que albergan Pinus pinaster, situadas al piedemonte de la Sierra de Guadarrama, y Pinus halepensis, presente en el este y sureste madrileño.
Con base en estos datos, junto a las solicitudes recibidas por parte de los ayuntamientos, los técnicos de la Consejería de Medio Ambiente, Agricultura e Interior han evaluado los lugares, tiempos y medidas necesarias para mantener niveles adecuados desde el punto de vista ambiental, mientras se busca reducir la presencia en zonas con alta afluencia humana.
El plan incluye la instalación durante los meses estivales de 1.200 trampas de feromonas, diseñadas para capturar mariposas macho durante su periodo de vuelo en áreas con baja infestación. Asimismo, se prevé colocar 300 cajas nido para aves insectívoras entre septiembre y octubre, que se alimentan de las primeras orugas del otoño, así como para murciélagos, depredadores naturales de estas mariposas.
Entre octubre y noviembre se implementarán tratamientos con bioinsecticidas utilizando equipos terrestres equipados con Bacillus thuringiensis var kurstaki. Este producto es comúnmente utilizado en agricultura ecológica, cuenta con una clasificación ambiental AAA y actúa específicamente contra estos insectos sin perjudicar a otras especies protegidas.
Finalmente, entre diciembre y enero se instalarán trampas físicas en espacios recreativos donde hay un alto tránsito de personas y mascotas. Estas barreras están diseñadas para evitar que las orugas desciendan al suelo durante su periodo migratorio.
A pesar del impacto potencial sobre el ecosistema forestal, la oruga procesionaria forma parte integral del equilibrio biológico en los pinares ibéricos. Su capacidad adaptativa puede llevar a un aumento natural en sus poblaciones bajo condiciones climáticas favorables, lo que puede resultar en defoliaciones significativas durante el invierno; sin embargo, los árboles suelen recuperarse en primavera.
Cifra | Descripción |
---|---|
65,000 | Hectáreas de pinar observadas |
568 | Rodales de pinar observados |
1,200 | Trampas de feromonas a instalar |
300 | Cajas nido para aves e insectívoros a instalar |
Se está controlando la oruga procesionaria, que es un lepidóptero que puede provocar alergias y afectar a la salud visual de personas y animales.
Aunque su presencia no supone un peligro para la masa forestal, puede causar problemas de salud en personas y animales que entren en contacto con ella o con los pelos que desprende.
La campaña incluirá la instalación de trampas de feromonas, cajas nido para aves insectívoras y tratamientos con bioinsecticidas, así como trampas físicas en áreas recreativas.
Las acciones se llevarán a cabo durante varios meses: instalación de trampas en verano, cajas nido en septiembre y octubre, tratamientos con bioinsecticidas entre octubre y noviembre, y trampas físicas de diciembre a enero.
Se utilizará Bacillus thurigiensis var kurstaki, un bioinsecticida común en agricultura ecológica que actúa específicamente contra estas orugas sin afectar a otras especies protegidas.
En la web institucional de la Comunidad de Madrid se publican anualmente mapas de afectación con índices sobre la presencia de la oruga procesionaria.