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El NIVEL GANADERO HA SIDO POBRÍSIMO Y LOS FESTEJOS EN GENERAL HAN DECEPCIONADO

Daniel Luque, protagonista de una feria de Collado Villalba con bajos resultados

ALFREDO FERNÁNDEZ / Collado Villalba

miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
Rivera “toreó” más al público que a su lote / carlos corrales
Rivera “toreó” más al público que a su lote / carlos corrales
La primera corrida de toros de la feria de Collado Villalba se celebró el viernes 24, con el cartel mas “mediático” del ciclo. Julio Aparicio cortó dos orejas, una a cada toro, mientras que Rivera Ordóñez y Miguel Abellán se tuvieron que conformar con una de un encierro justo de raza, manejable en general y manso de Soto de la Fuente, demasiado “a modo” de cabezas.

El mejor toro fue el sexto. Miguel Abellán le compuso una faena técnica y templada sobre ambas manos, destacando la labor sobre la mano zurda. Fue la única faena de mérito de toda la tarde, pero no fue coronada de la mejor manera con la espada.
Sí mató bien a su lote Julio Aparicio, y por eso cortó una oreja a cada toro. Sin embargo, muy lejos queda la faena que Aparicio realizó en esta plaza hace un año. No fueron toros propicios, pero el diestro tiró más de técnica que de arte y el estilo no es igual. Rivera Ordóñez cortó un apéndice por una labor populista y bullanguera con muchos guiños y miradas al tendido, que le apoyó sin cesar. Su segundo fue un inválido protestado que no servía para nada y el torero pasó mucho tiempo sin conseguir nada lucido entre las protestas del público.

La faena más rotunda con mucha diferencia de la feria de Santiago 2009 la llevó a cabo Daniel Luque el sábado 25. El toro de Ribera de Campocerrado tenía clase, pero fuerza y fondo muy justos. Luque estuvo muy inteligente, dando pausas y tiempos al toro y toreándole a media altura para que el animal no se cayera. Firmó naturales con profundidad y mucho sitio y valor. El final cambiándose la muleta de mano fue la coronación perfecta a una gran faena, rematada de un contundente espadazo. Cortó los máximos trofeos -el rabo de forma exagerada- y el presidente aún no sabemos por qué motivo concedió la vuelta al ruedo al toro, algo inexplicable. Si el toro se caía, tenía la raza justa y terminó rajado, ¿en qué se basó para este “premio”? Quizá fuera para despistar, pero las críticas fueron unánimes. El sexto de Luque fue un mulo y el torero trató de exprimirle con ganas.

Esta corrida de Rivera de Campocerrado fue muy terciada, sin apariencia y muy menguada de pitones. Descastada, noble, aplomada y sin fondo, hasta tal punto que el quinto se fue a toriles y se echó de cobarde.

Curro Díaz cortó una oreja a cada toro por dos labores de detalles, rubricadas con estocadas muy efectiva. A su primero le costaba repetir, pero Díaz firmó algunos bellos muletazos. El cuarto fue muy manso y el torero cumplió y dejó retazos y pases muy pintureros y personales.

Luis Bolívar sorteó un lote sin ninguna emoción y mínima bravura. A su primero le lanceó bien de capa y comenzó bien el trasteo con pases cambiados por la espalda, pero al toro se le acabó la gasolina y sólo pudo mostrar tesón. Un espadazo tiró al animal sin puntilla y fue motivo para que cayera la oreja. El quinto se echó y luego el colombiano terminó poniéndose pesado con un ejemplar entablerado y reculado en la puerta de chiqueros.

La feria la cerró el domingo 26, una corrida del Conde de la Maza demasiado parada, descastada y muy sosa. Otro festejo que apenas tuvo argumentos y que puso el colofón a un ciclo bajo mínimos. Una solitaria oreja paseó Luis Francisco Esplá en su adiós a esta afición. Fue en el cuarto de la tarde, ante el que llevó a cabo una faena entonada, destacando el toreo en redondo sobre la mano zurda.
Ángel Teruel fue silenciado en sus dos oponentes. Pechó con dos toros sosos y deslucidos. Pudo poner más empeño y arrear más, pero con animales tan malos es muy difícil.

Rubén Pinar, que corta orejas en todos los sitios, se fue de vacío de Villalba. Su faena de mayor calado la realizó ante el sexto, el único toro del encierro que se dejó algo más. Pudo haber cortado algún trofeo, pero lo emborronó con el mal uso del acero.
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