NOVILLADAS EN TONO MENOR Y SIN INTERÉS
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
Las dos novilladas tampoco resultaron. El ganado se encargó de dar al traste con dos festejos plúmbeos y sin historia. La mayoría de los novilleros tampoco apretaron el acelerador y tuvieron actuaciones muy anodinas.
Novilleros hay muchos y hay que anunciar a los que funcionan y dejarse de recomendaciones y de cuentos. En plan decidido se salva Javier Herrero.
La primera novillada abrió feria el miércoles 22. Un encierro de Pérez Villena, terciado y excesivamente romo de pitones que no dio ningún juego. Novillos descastados, mansos y aplomados. La única oreja de la tarde fue para Cristian Escribano tras un trasteo compuesto y una estocada que de por sí valía el trofeo. Raúl Rivera demostró poco oficio y sus trasteos no pasaron de voluntariosos, mientras que Javier Cortés estuvo discreto.
El jueves llegó el turno de la novillada concurso de ganaderías. Fiasco ganadero sin paliativos, con una sucesión de utreros mansos, descastados y deslucidos. Cómo sería el juego del ganado que el jurado dejó desierto el premio y, de manera acertada, no se atrevió a destacar ningún novillo. Un concurso es otra cosa y no esto.
Valentín Mingo navegó en el mar de la desconfianza. De puntillas y sin recursos con el de Partido de Resina, pasando un calvario con los aceros. Tuvo la dicha de encontrarse con el de Soto de la Fuente que era noblón, pero fue incapaz de dar tres muletazos ligados.
Joao Augusto Moura pechó con el manso de Villalobillos en una faena larga y pesada. El sexto de Escobar tampoco le ayudó y el trasteo del portugués fue largo y vulgar. Estuvo mal con los aceros.
La tarde la salvó en parte Javier Herrero en el quinto de El Verdinal.Un utrero deslucido que prendió al novillero de fea manera pero sin consecuencias. Esto motivó que el público se volcara con el novillero y le aupara al éxito. Herrero, todo voluntad, se creció y tras un gran espadazo cortó las dos orejas. Otro trofeo de menos entidad paseó de su primero del Conde de la Maza por un estoconazo.